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Thursday, April 7, 2016 (read 2264 times)
 

Mi abuelo era como un árbol…

by Diego

Nuestra profesora Salomé nos manda este interesante artículo sobre la "diccionaritis" y su cura con metáforas.

Con mucha frecuencia nos encontramos en nuestras clases con alumnos que tienen lo que podríamos llamar “adicción al diccionario” y a mí me gusta llamar diccionaritis, porque parece una inflamación insana de la dependencia hacia ese volumen lleno de palabras que nos sirve de flotador.

En mi experiencia en las clases me he encontrado con relativa frecuencia con este tipo de estudiante y me gustaría reflexionar unos minutos sobre un truco que a mí me ha funcionado bastante bien. Os cuento:

Vamos a partir de una frase muy simple que contiene una metáfora que puede aparecer en el discurso cuando hacemos referencia a una cuestión con implicaciones emocionales:

Mi abuelo era como un árbol…

Esta frase es, aparentemente, muy fácil de traducir en las lenguas de los estudiantes, que lo realizarán sin esfuerzo alguno en unos segundos

My grandfather was like a tree, en inglés;

Mon grand-père était comme un arbre, en francés;

Mijn grootvader was als een boom, en holandés;

Mio nonno era come un albero, en italiano;

Meu avô era como uma árvore, en portugués, y

Mein Großvater war wie ein Baum, en alemán.

Esto está muy bien, pero ahora surge la cuestión cuando preguntamos: ¿Entonces, cómo era mi abuelo?

El problema surge cuando analizamos el significado que asociamos a la palabra árbol. En el universo de un noreuropeo, la imagen abstracta árbol se asocia a la planta más habitual en ese clima: probablemente un roble. En América del Norte también podemos encontrar una referencia a una secuoya o a un arce. En los países nórdicos los pinos y los abetos son los reyes del paisaje. En Japón la imagen tópica corresponde a un frutal en flor. En el Mediterráneo probablemente aparezca un olivo y en el trópico nos encontramos con una palmera. Así,

  • Un habitante del norte de Europa nos dirá que el abuelo era grande, fuerte, protector...
  • Un norteamericano probablemente diga que era alto, imponente...
  • Un japonés hablaría de los elementos estéticos del abuelo
  • Un griego o un andaluz imaginaría a una persona vieja y curvada, pero asociada a la riqueza (la imagen del olivo, productor de aceite, oro verde...)
  • Un canario  vería al abuelo como alguien espigado y muy flexible

Si tenemos en cuenta estas cuestiones, podemos entender que no basta con un diccionario para comprender el significado de una palabra, necesitamos contextualizarla correctamente, lo que nos lleva a la importancia de la información intercultural y a la necesidad de implicarse culturalmente en la lengua meta, por lo que realizar cursos de inmersión es probablemente la mejor opción a la hora de lograr esta integración.

En otro momento profundizaremos un poco más en la oferta de diccionarios que encontramos y cómo podemos aconsejar a nuestros alumnos sobre cuál de ellos resultaría más conveniente en cada momento de su aprendizaje.


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